“Cuando las sociedades se polarizan” pareciera ser el leitmotiv que atraviesa subterráneamente el artículo de Tenembaum. Pero su incapacidad para preguntarse por qué surgen estas polarizaciones y qué las alimenta es la misma que impide desentrañar el falso punto medio que se evidencia en la misiva de Rubén Blades cuando se la lee con atención (tal vez -adelantemos conclusiones- porque los puntos medios no existen).
Punto 1: No se puede desideologizar lo que es ideológico
Dice Blades sobre la crisis venezolana:
“La aparente ausencia de una solución se debe a la falta de un liderazgo que establezca un propósito de lucha que unifique al país, en lugar de dividirlo. Si estás a favor de la oposición, eres un burgués parásito, agente de la CIA, vendido al Imperio. Si favoreces al gobierno eres un comunista, maleante, vendido a Cuba y a los Castro. Ninguna de estas definiciones habla de Venezuela y de su necesidad.”Convengamos que estas primeras manifestaciones parecen apuntar a la tan mentada búsqueda de un punto medio. Según se entrevé en la cita anterior, ninguno es tan malo como se dice, ni la oposición ni el oficialismo; ergo, es menester perseguir un equilibrio conciliador.
Y sin embargo, una lectura más detenida del mismo pasaje nos obliga a plantear algunas dudas acerca de la validez de este supuesto punto medio tan largamente perseguido y declamado por algunos.